"El Emmanuel fue una experiencia personalmente única de encuentro con Dios, con los demás y especialmente conmigo. Fueron cuatro días de mucha emoción, de abrir mi corazón con sinceridad y de compartir así nuestras historias de vida, problemas o inquietudes, cosa que muchas veces nos cuesta compartir con la familia e incluso con nuestros amigos.
Trabajar la fe, el cariño y la solidaridad siempre con humildad y desde el amor para compartir con el otro, es tan necesario como, a veces, fácil de postergar. Por eso mismo es que valoro tanto este espacio.
Agradezco a Dios los momentos compartidos, el encuentro y la amistad que formamos los que hicimos el retiro, pero sobre todo agradezco el tener en cuenta cada día que somos un tesoro, su tesoro"
-Fátima