Es un tanto difícil ordenar las ideas, emociones, recuerdos y experiencias en tan significativo lugar. Tantos momentos que trascendieron las puertas de Galileo Galilei y hoy son parte de quien soy.
Cuando llegué a Bariloche, di cuenta de todo lo que traía de Buenos Aires y la Casa de Jóvenes, ocupaba un gran lugar en mi equipaje. Traje conmigo la experiencia de haber vivido en comunidad. Traje conmigo valores y estilos que no negocio y sigo buscando acá .Traje conmigo todo lo que allí aprendí y me fue conformando parte de lo que soy.
La “Casa de Jóvenes Hermano Francisco” no solo fue el experimentar un Dios de Misericordia, un Francisco que me revelaba y validaba el estilo que yo sentía, desde siempre, me identificaba. La Casa de Jóvenes fue permitiéndome expandirme y ver un lugar donde poner al servicio mis dones. Lugar donde descubrí mi capacidad de coordinar espacios y encuentros. Lugar donde me di cuenta de mi capacidad de amar y recibir al otro con calidez y cercanía. Espacio donde compartí mi canto, junto con mis hermanos de sangre y amigos, dentro y fuera de la casa.
Mariló fue el lugar donde se forjaron los vínculos más valiosos. Vínculos comunitarios, vínculos de amigos, vínculos de hermanos; con quienes compartimos una misma mirada del otro, una misma mirada al pueblo. Vínculos con quienes me fui descubriendo tanto en mis dones como en mis fragilidades y de distintas maneras me invitaron a hacerme cargo de ellas. Hermanos con quienes me divertí, me divierto y vivimos momentos de mucho gozo, disfrute, alegría y también tristezas.
Mariló fue acompañando mi crecimiento a lo largo de los años. Frailes amigos, quienes llevo dentro del corazón. Frailes, amigos, hermanos con quienes compartimos Misiones, Itinerancias y distintas celebraciones. Con nuestras luces y sombras siempre presentes, ¡con la intimidad de una familia!
¡Hoy celebro la amistad y lazos de que comenzaron en Galileo Galilei y haberlos compartido en los últimos años junto con mi familia! ¡Inmenso regalo haber podido integrar, reconciliar! Gracias Papá y Mamá por haber ensanchado su capacidad de amar y haber abierto las puertas de su casa para compartirlo con quienes tanto queremos.
Hoy a la distancia, agradezco haber experimentado la gratuidad del acompañamiento con Fr.Claudio quien nunca se corrió y estuvo presente siempre que lo que necesite desde el año 2006 sino es que fue en el 2004.
Agradezco enormemente haber sido parte de la Fundación Franciscana donde se hizo carne el modo en el que quiero trabajar, el modo de pensar al otro. Estilos y formas que tienen que ver con cómo quiero vivir, con quién soy. Ser franciscana, un estilo, una forma que me identifica.
La Casa de Jóvenes, la comunidad, el barrio, encuentros y amistades; son parte de mí. Agradezco a Dios por tan valioso regalo.
Todo mi cariño para los que son y una vez fuimos parte de este lugar de tanta vida.
Saludos, Feli.