¿Qué nos va a despertar celebrar hoy la Regla después de 800 años?
La Regla es una fuente carismática común para toda la familia franciscana. Ella representa un momento importante de la codificación y legislación del carisma. Esta llamada primera regla (1221) no fue “aprobada” por el Papa y tuvo una segunda redacción en 1223. Estos textos permiten conocer las intuiciones principales de la inspiración carismática de Francisco de Asís. El texto presenta una dimensión espiritual y práctica que, a su vez, establece una relación indisoluble entre letra y espíritu; regla y vida; evangelio y testimonio.
Los 800 años de composición de este escrito es una ocasión para volver al texto: leerlo, analizarlo, meditarlo y confrontarlo con la realidad actual.
Esta Regla es un texto fundamental, porque conserva, con claridad incontaminada, muchas de las intuiciones originarias que Francisco entendió como iluminación divina, y que determinaron su aventura evangélica y la de sus primeros hermanos; fueron intuiciones, por lo tanto, que condujeron también a la fraternidad hacia su institucionalización.
Al menos se confirma un dato seguro: para llegar a su estado actual, la Regla tuvo que pasar por un largo proceso evolutivo y de consolidación. Al tratarse de un proceso, cuyo núcleo originario se remonta al 1209, es normal que en el transcurso de los años el texto se revisase y se enriqueciese. No es un severo código disciplinario. Un una regla de un programa de vida.
"Es Regla y vida compuesta por un hombre de corazón libre y puro, que quiso siempre vivir y contagiar el Evangelio"
¿Qué nos muestra? La de forma privilegiada el modo en que Francisco leyó el Evangelio y cómo, en discernimiento comunitario con los hermanos.
«Y, aunque se les llame hipócritas, no cesen, sin embargo, de obrar bien, y no busquen vestidos caros en este siglo, para que puedan tener unas vestiduras en el reino de los cielos»
La dimensión presente y futura sitúan el Reino como un programa de vida evangélico que atraviesa toda la experiencia cristiana de Francisco y de la primera fraternidad. Acoger el Reino, significa un compromiso primordial y vital, que involucra toda la vida del “Hermano Menor”, la de todos nosotros, especialmente la vigilancia y la observancia de la pobreza de espíritu, que se opone a todo tipo de posesión y dominio: «Guardémonos, por lo tanto, los que lo dejamos todo (Cf. Mt 19,27), no sea que perdamos por tan poca cosa el reino de los cielos». Francisco descubre que el Evangelio y el Reino de Dios no son ideas abstractas, sino que se sintetizan e identifican en la persona de Jesús y en el plan de la salvación.
¿Pero dónde y cuándo surge esta Regla?
Hno Agustín Jara Podestá Ofm
"Volver a la leer a la Regla no es una visita a un museo"
Es volver a entrar en una historia, en un contacto del cual no salimos igual. Si permitimos que la Regla nos hable, ella nos modificara, desde donde nos toque. ¡Es más que un papel, esta viva!. Narra como fue la búsqueda, como se fue dando respuesta, que funciono de lo que se proponía y que no. En los textos nos encontramos con una espiritualidad que se concreta ordinariamente, que no busca aplausos e invita a tiempos de oración.