¿Por qué y desde surge la invitación a vivir una semana fraterna?
Una de las formas concretas a través de las cuales Francisco se propuso llevar a cabo el seguimiento de Jesucristo fue la vida de y en fraternidad. El concepto de fraternidad es muy amplio, en cuanto no solo se reduce a las relaciones interpersonales de dos personas, o de un conjunto de personas que siguen una determinada forma de vida, sino que se aplica también a la relación con otros grupos de personas, con toda la comunidad de la Iglesia, con todos los seres humanos y aún con todos los seres de la creación.
Otro de los principios que fundamentan el concepto franciscano de fraternidad es la concepción del otro como un «hermano espiritual». En el capítulo central de la regla bulada, dedicado en su segunda parte a las relaciones fraternas, Francisco usa una frase que ha llegado a ser clásica en el mundo franciscano: «Si la madre nutre y ama a su hijo carnal, ¿Cuánto más amorosamente debe cada uno querer y nutrir a su hermano espiritual?». Cuando se tiene la convicción de que quienes siguen el mismo proyecto evangélico de vida son «hermanos espirituales», entonces las relaciones fraternas se colocan en un punto alto, de modo particular por cuanto se refiere a la valoración y al respeto mutuo.
«...y después de que el Señor me regaló hermanos ...» (Test 14). Esto indica que según su convicción, la fraternidad no es un simple proyecto humano sino que forma parte del proyecto de Dios. Según esto, en el origen de la vida fraterna está la comunicación de la vida divina, que es amor, y su construcción se debe a la acción del Espíritu Santo, que es amor. La concepción del hermano como un don de Dios.
Los escritos de Francisco nos ofrecen, ante todo, expresiones concretas de fraternidad, es decir, manifestaciones como la igualdad, la reciprocidad, la confianza mutua, misericordia.
"Reafirmando que el camino no es solo sino acompañado"
Agus nos comparte palabras de vida
Haciendo un recorrido por el corazón, lo vivido en la semana fraterna es experimentarme necesitada por una fraternidad, por un hermano o hermana. Reafirmando que el camino no es sólo sino acompañado, que un otro es encuentro, descanso, confianza y la fuerza de seguir caminando. Agradecida con los hermanos y hermanas, por haber compartido esta semana, por esas charlas profundas hacia el trabajo y esas sobremesas interminables compartiendo mucha vida, siendo escuchadas abrazadas con calidez. Y experimentar un "estoy en casa".